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¿Sabe usted gracias a quién se vacuna?... y no es AMLO

La pandemia ha dejado una estela de daño y dolor en el mundo. Van casi 2.8 millones de personas que han fallecido por el virus SARS-CoV-2.

La pandemia ha dejado una estela de daño y dolor en el mundo. Van casi 2.8 millones de personas que han fallecido por el virus SARS-CoV-2. Los contagios confirmados suman 126 millones de personas. El daño económico es inconmensurable. Se trata de la peor caída de la economía mundial en tiempos de paz, equivalente a una pérdida de valor de 3.7 billones (trillions) de dólares en un solo año, algo equiparable a 3.5 veces el valor total producido por la economía mexicana en todo un año.

Pero, como muchos eventos humanos, la pandemia tiene una cara positiva que aún no apreciamos plenamente. Se trata del desarrollo científico y tecnológico que se generó por el esfuerzo sin precedente de generar vacunas contra el virus en corto plazo.

The Economist publica esta semana un análisis de ese hecho y concentra su atención en las vacunas que utilizan la tecnología del llamado ARN mensajero y que fueron desarrolladas por dos empresas singulares: Moderna en Estados Unidos y BioNTech en Alemania.

No se trata de grandes farmacéuticas sino de empresas medianas que hace algunos años apenas eran startup en el mundo biotecnológico.

Le resumo la historia de cada una de ellas.

Moderna nació como una empresa patrocinada por Flagship Pioneering, que es una entidad entre incubadora de empresas tecnológicas y un fondo de capital de riesgo.

Noubar Afeyan, norteamericano de ascendencia armenia, se convirtió en empresario de la biotecnología desde 1987 y desde entonces, participó en el lanzamiento de 40 startup.

A finales del 2010 se constituyó una empresa a la que denominó LS18 Inc, que trabajaba en el desarrollo de aplicaciones médicas del ARN mensajero. Para dirigir esta empresa, a la que le vio un gran potencial, contrató a un directivo francés, Sthépane Bancel, quien todavía hoy dirige la firma que cambió su nombre a Moderna.

El extraordinario desarrollo de la compañía le permitió conseguir respaldo financiero de AstraZeneca y de diversos fondos.

En diciembre de 2018, se convirtió en la mayor empresa biotecnológica que hubiera salido a la bolsa, valorándose en 7 mil 500 millones de dólares.